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El intenso y persistente dolor que Aureliano Francisco Santiago Castellano (Santa María de Guía, Gran Canaria, 1948) sintió en el pecho después de darse un golpe fortuito contra el bastidor de una puerta encendió la señal de alarma. Sucedió a principios de este año, en su casa y en compañía de su pareja y de una amiga médica, Marta Mancuso, anestesista en el Hospital Insular Materno Infantil. La doctora palpó la zona. “Le pareció extraño ese dolor tan fuerte y que no se me fuera. Me dijo que la avisara si en tres o cuatro semanas no se me quitaba, porque entonces habría que hacer pruebas para ver qué pasaba”, recuerda el hombre que ocupó la Alcaldía de Telde, el segundo municipio más poblado de la isla (actualmente en torno a 102.000 habitantes), durante 24 años repartidos en tres etapas, la última en el mandato 2007-2011.

Transcurridas esas semanas, el dolor no había desaparecido y Santiago acudió al cirujano. “Uno se da cuenta por un golpe o por lo que sea, pero eso que usted tiene ahí no tiene nada que ver con el golpe. Eso es de hace tiempo y tenemos que analizarlo”, cuenta que le dijo el especialista en esa cita. Luego vinieron las pruebas. Primero, una mamografía. Después, una ecografía. Ahí ya se detectaron unos nódulos sospechosos. La biopsia confirmó el diagnóstico: cáncer de mama en estadio T3 (el tumor mide más de 50 milímetros). 

El cáncer de mama es una enfermedad infrecuente en los hombres. Según explica Isabel Echavarría, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncóloga médica del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, no hay cifras exactas sobre el número de casos que se diagnostican en España entre la población masculina, pero se estima que representan “menos del 1%” de todos los detectados. La SEOM calcula que en 2022 se diagnosticarán más de 35.000 nuevos casos de cáncer de mama, por lo que “alrededor” de 300 podían darse en hombres, indica. 

Al igual que el cáncer de mama en mujeres, su incidencia está creciendo “por una mayor prevalencia de los factores de riesgo: sobrepeso, obesidad, sedentarismo…” Además, la edad “juega un papel fundamental” en el riesgo de padecer este tipo de tumor, por lo que el “envejecimiento de la población contribuye a este aumento de la incidencia”, explica la oncóloga Echavarría, que recalca la importancia de concienciar “de que el cáncer de mama en el varón existe y de la necesidad de consultar ante la aparición de un bulto en la mama o en la axila u otros cambios mamarios (inflamación, sangrado por el pezón…)” Los expertos también advierten de que el mayor desconocimiento entre la población de su afección a la población masculina puede implicar un diagnóstico más tardío y, en consecuencia, mayores complicaciones cuando el cáncer se detecta en estadios más avanzados. 

Al exalcalde de Telde le costó digerir la noticia. “Ya desde el momento en que empiezan las pruebas y te dicen que hay sospecha de cáncer, uno se coloca en otro lugar y empieza a pensar en cosas que jamás habían pasado por la cabeza. De ahí hasta que me lo confirmaron viví unos días de angustia indescriptibles. Lo viví solo, sin comentárselo a nadie, ni a mi mujer ni a mis hijos ni a nadie. No lo pasé bien”. Lo contó el mismo día en que empezó con el tratamiento farmacológico (un medicamento anti estrogénico). “Le pedí a mi mujer que avisara a mis dos hijos para que vinieran a cenar. También estaba nuestra amiga la doctora. Ahí se lo dije. Te puedes imaginar cómo fue, no son noticias agradables, pero hay que asumirlo porque es la vida”. Al día siguiente se lo explicó a parte de su familia y a la de su pareja, “la más directa”. También a las amistades más estrechas. 

Desde el momento del diagnóstico, Paco Santiago tuvo claro que quería visibilizar la enfermedad para ayudar a concienciar. “Me llevé una sorpresa. No sabía que los hombres también podíamos tener cáncer de mama. Y esa es la razón fundamental por la que quiero hacerlo público. Siento el deber, como mi pequeña contribución a la sociedad, de darlo a conocer para que los hombres sepan que también somos candidatos a tener cáncer de mama. No es lo frecuente, pero se puede desarrollar. Sabiéndolo, si tomamos medidas de precaución y observación, se puede diagnosticar precozmente y hay muchas más posibilidades de éxito al ser tratados”. 

La Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica estima que en torno a un 10% de las mujeres con cáncer de mama presentan mutaciones genéticas, un porcentaje que se eleva hasta el 20% en los hombres. Isabel Echavarría, portavoz de la SEOM, señala que en la población masculina esta enfermedad tiene un “mayor componente hereditario” y que entre el 10 y el 15% de los casos diagnosticados en hombres se relacionan con mutaciones en un gen específico, el BRCA2, “aunque puede haber otros genes implicados”. 

El exalcalde se sometió a un estudio genético y los resultados dieron negativo. No era portador de esa mutación. “Tengo ocho hermanas y cinco hermanos y en mi familia nadie, ni por la parte de mi padre ni por la de mi madre, ha tenido cáncer de mama”. Años atrás, y a raíz de un caso familiar (de otro tipo de tumor), también le habían realizado pruebas que descartaron que portara una mutación que anticipara un mayor riesgo de padecer cáncer.

Una sanidad pública “digna de elogio”

Paco Santiago solo tiene palabras de agradecimiento para los profesionales que le han tratado en el Hospital Insular Materno Infantil de Gran Canaria. “Afortunadamente tenemos un elenco de especialistas en la sanidad pública digno de elogio, muy avanzado en estas materias”. Su primera visita fue al cirujano Víctor Vega, que le pautó el tratamiento farmacológico. Le prescribió un medicamento (tamoxifeno- una pastilla por día) con el objetivo de reducir el tamaño de los nódulos. Si la respuesta era positiva, se sometería a una cirugía para extirparle el tejido afectado y, posteriormente, a sesiones de radioterapia. 

Isabel Echavarría señala que hay “pocos estudios” sobre cáncer de mama en hombres y precisa que el tratamiento se realiza “de forma análoga” al que reciben las mujeres.  

“Como a los seis meses de empezar a tomarme el medicamento, me hacen pruebas de nuevo para ver los resultados. El fármaco había ayudado a disminuir el tamaño de los nódulos, unos más de la mitad, otros cerca de la mitad, otros un poco menos. Tenía un tumor principal y después varios entre el pecho y la axila. Cuando vieron el resultado de la ecografía, me dijeron que me operaban en 15 0 20 días”, recuerda. Fue intervenido el pasado 29 de septiembre, unos días después de la fecha programada en un principio, por la cirujana Ana Tejera Hernández, que le practicó una mastectomía (extirpación del seno) con un vaciado axilar (para eliminar los ganglios linfáticos).

“Estaba deseando que me operaran. Sabía que tenía que producirse, así que cuanto antes, mejor”. Le ingresaron la tarde del día anterior y salió dos días después. “La operación fue bien, seguí el postoperatorio en casa, a los cinco o seis días me quitaron el drenaje con el que me había quedado y estoy controlado por la cirujana (Ana Tejera Hernández) y por la oncóloga (Elisenda Llabrés)”. El siguiente paso, “cuando esté en condiciones”, es la radioterapia. Ya le han comunicado que serán quince sesiones repartidas en tres semanas, de lunes a viernes. “Me han dicho que los tiempos son cortos, que cada sesión dura entre ocho y diez minutos”. Comenzarán, previsiblemente, en unos días, cuando haya transcurrido un mes desde la intervención a la que se sometió en el Hospital Insular.

De la angustia a la normalización

El exregidor teldense reconoce que transitó por un proceso de “angustia”, por la incertidumbre que vivió en el periodo entre las pruebas y el diagnóstico, y que tardó en asimilar que padecía la enfermedad y en incorporar a su cotidianeidad toda una “jerga” con “conceptos que jamás había escuchado”. “Entras en un mundo nuevo, que si tienes cita con la oncóloga en tal fecha, con la cirujana en otra, que si tienes que venir porque la prueba pasa al comité de tumores, hacerte un TAC, pasar por Medicina Nuclear…”, recuerda.  

Con el paso del tiempo, su percepción ha ido evolucionando. “En la medida en que vas incorporando todas esas cosas a tu vida cotidiana y sabes que tienes que convivir con la enfermedad, intentas normalizarlo todo lo que se pueda. Lo tengo ya aceptablemente asumido y hasta ahora he podido continuar con mi vida normal, porque el medicamento que me han pautado no me produce limitación alguna”. 

Aficionado a las caminatas y al senderismo, Santiago recorre unos diez kilómetros al día por la costa del municipio de Telde. Antes de la operación, consultó al cirujano si podía hacer los dos tramos que le faltaban para completar el Camino de Santiago desde Francia hasta la capital gallega. “Hice el tramo de Logroño a Burgos y después, diez o veinte días más adelante, el de Burgos a León”, comenta orgulloso el histórico alcalde, que retomó ese hábito de caminar días después de someterse a la intervención quirúrgica. 

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“Lo he preguntado todo, si tenía que hacer algún cambio en mi vida. Me habían preguntado por mis hábitos y me dijeron que podía seguir llevando la vida que llevo hasta ahora”, destaca Santiago, que insiste en ensalzar “la solvencia profesional” y el “trato humano” de los sanitarios que le han acompañado en todo este proceso, desde su amiga Marta Mancuso, inseparable en cada una de las citas médicas, hasta los cirujanos y oncólogos. “Viven para eso y es de agradecer esa respuesta y ese comportamiento de los profesionales cuando uno está en una situación como esta”, resume.

Santiago lleva nueve años alejado de la primera línea política, aunque sigue perteneciendo a la Ejecutiva de Nueva Canarias (NC). Antes que alcalde fue, entre otras profesiones, aparcero, ajustero (dedicado a la fabricación de materiales para hacer ceretos para la exportación de tomates), mecánico o vendedor de coches. Su llegada a la institución local se produjo a través de las asociaciones de barrio del municipio, de las que fue miembro fundador y, ocasionalmente, presidente. Santiago estuvo al frente del Ayuntamiento de la Ciudad de los Faycanes 24 años en tres etapas (1979-1987, 1991-2003 y 2007-2011).  

El Diario.es