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La incidencia del cáncer de mama en el varón está aumentando, como ocurre en el cáncer de mama en la mujer. Este incremento parece estar relacionado con la exposición a radiaciones ionizantes y a situaciones de hiperestrogenismo como la cirrosis o el síndrome de Klinefelter (alteración cromosómica con un cromosoma femenino adicional “XXY”). También puede influir la historia familiar de cáncer de mama femenino, especialmente si existen mutaciones del gen BRCA2. Entre el 15-20% de los hombres con cáncer de mama tienen antecedentes familiares cercanos de esta enfermedad.

No obstante, el cáncer de mama en varones sigue siendo poco común. Según información de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), representa menos del 1% de todos los cánceres de mama. La relación mujer-hombre en países como Estados Unidos es de 100:1.

Un estudio reducido sobre el cáncer de mama en hombres demostró que el tiempo promedio que transcurre entre el primer síntoma y el diagnóstico es de diecinueve  meses, es decir, más de un año y medio. Este tiempo excesivo probablemente tenga que ver con que la gente no espera que un hombre desarrolle cáncer de mama, lo que reduce o elimina toda posibilidad de detección temprana. En opinión de la Dra. Montserrat Muñoz, coordinadora de la Unidad de Mama del Hospital Clínic de Barcelona, “es demasiado tiempo, pero se puede disminuir con información”.

Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia y salvar vidas. Gracias a las investigaciones y a una mayor concienciación general, los hombres aprenderán que, al igual que las mujeres, deben consultar al médico inmediatamente si detectan cualquier cambio persistente en las mamas como un bulto, dolor en el pezón, un pezón invertido, secreciones, úlceras o ganglios linfáticos dilatados debajo del brazo.

Respecto al modo de afrontar la enfermedad, no hay grandes diferencias entre mujeres y hombres, opina la Dr. Muñoz, “quizás ellos expresan menos sus sentimientos, sus miedos, su estado de ánimo… pero hay todo tipo de personalidad en ambos pacientes”, concluye.

Revista LVR